¿El camino académico ayuda a avanzar más o menos?

En España llevamos tiempo con un sistema de estudios musicales bien estructurado: 4 cursos de grado elemental, 6 de grado profesional (antes llamado grado medio) y 4 de grado superior (o nivel universitario). Antes de este sistema, eran solo 8 cursos antes de la universidad —dos menos que ahora—. Además, en los últimos años se han añadido varios años de sensibilización previos al grado elemental. Todo está cuidadosamente planificado y programado.

En total, pueden pasar 14 años hasta terminar la universidad. Sin embargo, al graduarte, puedes encontrarte con que tu nivel equivale al que se exige para acceder a la universidad en otros países, donde quienes alcanzan ese nivel lo hacen siendo mucho más jóvenes. ¿Por qué ocurre esto?

Por otro lado, también existen historias de personas que empezamos más tarde, ya en la adolescencia, y que, aun así, logramos avanzar rápidamente, saltando cursos o completando varios en un solo año. ¿Cómo es posible?

Tratar de encajar a estudiantes tan distintos en una programación fija no siempre tiene sentido. En otros países, el sistema es más flexible y permite que los alumnos avancen a su propio ritmo. Si un estudiante muestra facilidad, se le anima a tocar obras que pertenecen a niveles más avanzados, incluso varios cursos por delante. Esto ayuda a romper límites mentales, fomenta el progreso y permite asumir retos más ambiciosos que nos hacen crecer musicalmente y establecen un nuevo nivel, dejando atrás pasos que quizá no son necesarios para todos.

Como profesora, he visto muchas veces grandes diferencias en la comprensión de los alumnos, algo que suele ir muy ligado a su motivación y compromiso. Gracias a esa comprensión, algunos no necesitan pasar por todos los pasos que otros sí requieren. Sería una pena frenar su avance obligándoles a seguir una programación estricta. Como docentes, claro que debemos asegurarnos de que no haya lagunas en su formación, pero también es fundamental no ponerles límites innecesarios.

Por suerte, hay caminos que permiten avanzar más deprisa. Algunos conservatorios y escuelas dan la opción de hacer y examinarse de varios cursos en un año. Otros alumnos estudian por su cuenta y se presentan por libre directamente al último nivel del conservatorio (este fue mi caso).

El mensaje que quiero dejaros es que no hay un único camino válido. Si la programación oficial se adapta a ti, te animo a seguirla con constancia y paso a paso. Pero si sientes que te frena, abre la mente: quizá haya otras formas de avanzar. Tal vez esas piezas con las que sueñas no estén tan lejos como imaginas.